LA PINTORA Y LOS POETAS
Un lenguaje de luz
La obra de Leticia Ocharán (Villahermosa, Tabasco (1942) está recorrida por lo que en física de fluidos podríamos llamar una especial tensión superficial que permite que delicados trazos se posesionen de sus telas bajo un estricto -y a veces difícil- equilibrio de colores, formas e ideas. Así, amurallados reinos de colores y texturas, surgen a la vista como un secreto idioma sin palabras, con ondulaciones y vapores que incendian todo cuanto lo integra, con el placer de quien sabe que la destrucción es un acto de amor, de creación. Paradójicamente, este acto ritual se lleva a cabo a través de nuevas conexiones comunicativas, de nuevos lenguajes que sólo la sangre conoce: un lenguaje de luz.
José Manuel Recillas