Presentación:
Leticia Ocharán fue un talento y un impulso creador que, como muchos otros importantes artistas mexicanos, desarrolló lo más trascendente de su obra pictórica en la atmósfera coyoacanense. Mujer del sur del país, de Tabasco, en el sur de la ciudad de México, en Coyoacán, mantuvo durante muchos años su estudio (Segundo retorno de Zaragoza) y en plena integración con el medio, su estudio-taller se convirtió, en distintas ocasiones, en espacio para el recital poético, la mesa redonda, la conferencia sobre la cultura contemporánea, la tertulia artística o para realizar las actividades del Taller de Expresión Artística del que fue fundadora y presidenta.
Al fallecer, el 23 de octubre de 1997, había dejado ya una obra vasta de la que aquí presentamos una ligera muestra en sus diversas vertientes, pues su inagotable quehacer la llevó a trabajar por igual en los campos de la pintura (tanto abstracta como figurativa), el dibujo, (realizó, además, algún filme de dibujos animados), el grabado, el mural, el performance, la ambientación, no dejó de incursionar en la escultura, aunque con piezas pequeñas, y en otras varias expresiones de la plástica, incluso ayudó a impulsar las propuestas del Arte-correo y la Poesía visual.
A lo largo de este enorme torrente de creatividad contó con la atención a su trabajo de principalísimos críticos y estudiosos de las artes plásticas, como Hugo Covantes, Mónica Mayer (éstos dos también creadores plásticos), la maestra Berta Taracena, los maestros Armando Torres Michúa y Alberto Híjar, y don Antonio Rodríguez, autores (los tres últimos) de libros acerca de su obra, y de periodistas como Angelina Camargo
-a quien se debe, en Excélsior, una entrevista en la que anuncia una importante donación de cuadros que la Ocharán hiciera a la UNESCO- y Guadalupe Pereyra, quien publicara en el periódico El Nacional un bello y sentido texto al siguiente día de la muerte de la artista. En este acercamiento a su trabajo también participaron escritores como Andrés González Pagés, Efraín Huerta, Thelma Nava, Leopoldo Borrás, Aurora Reyes, Miguel Guardia, Dionicio Morales, Enrique González Rojo, Roberto López Moreno, quien fuera su esposo, Carmen de la Fuente, Jorge Solís Arenazas, Ángel Carlos Sánchez, Oscar Wong y Miguel Ángel Aguilar Huerta, entre otros muchos.
Aquí reunimos fragmentos de prólogos de los libros en donde los estudiosos dan sus calificados puntos de vista sobre la labor de esta artista que todavía se dio el tiempo necesario para ejercer la crítica de arte con una visión lúcida de la cultura de su tiempo, enriqueciendo las páginas del periodismo nacional.
Leticia Ocharán viajó por los cinco continentes en defensa de sus compañeros artistas, ya que durante dos gestiones consecutivas ocupó la presidencia de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos (Comité mexicano) afiliada a la UNESCO (AIAP/UNESCO), de la que al morir era presidenta honoraria, y de la ARTAC (Asociación de Artistas Plásticos de México), fundada y presidida originalmente por David Alfaro Siqueiros. Si en lo político sostuvo siempre una posición democrática como lo demuestran sus cuadros a Emiliano Zapata, a Salvador Allende y “Mes de Julio”, dedicado a la Revolución Cubana, en lo cultural libró una lucha denodada a favor de los derechos de autor y contra los abusos que se cometen en perjuicio de los artistas. Fungió también como miembro de la mesa directiva del Salón de la Plástica Mexicana y en años anteriores como miembro del Taller de Gráfica Popular.
Este es un breve homenaje para la bella y talentosa artista y crítica y periodista (cofundadora del premio de periodismo El Gallo Pitagórico, dentro del marco del Festival Internacional Cervantino) que enriqueció la cultura mexicana con su trabajo y su inteligencia.
Roberto López Moreno - 2007