LA PINTORA Y LOS POETAS
Ceremonial para Leticia
Valvas, vulvas, senos fecundados.
Un capullo bermejo late.
Como artera criba
el rojo busca otra textura.
Caracol huraño se confunde, corolas ígneas gimen
en un tallo topacio.
Matices rosas zumban, se sonrojan;
el gris inmóvil:
sigue el ritmo geométrico
en la tela.
Pero fugaz el iris se detiene,
éxtasis verde la pupila,
transparencia taciturna la mirada.
Sus párpados perfuman el vacío.
Soles ebrios enredados en su pelo,
erguido cuello cual jacinto.
Trazo erótico la barbilla se divide:
afluente rubio del Grijalva.
Entreabre los labios,
la penumbra vacila, se humedece.
Su voz, ocaso, en brama,
transmina la memoria.
Deliciosamente etérea
-desde la persuasiva dimensión de su retrato-
Leticia Ocharán invoca
la dulce exquisitez de la lujuria.
Oscar Wong