LA PINTORA Y LOS POETAS
La ciudad de México o la urbe que fue clara
Leticia deja de lado, sólo por un momento, los elementos naturales que marcan e iluminan su vida -no se nos olvide que nació en Tabasco- y se adentra en esta otra selva, asfáltica y devoradora; y como José Revueltas en sus novelas y cuentos, Efraín Huerta en su poesía, Sergio Magaña en sus cuentos y su teatro, Héctor García en sus fotografías, dibuja un lenguaje cuyas voces resuenan y dan vida a esos hechos, a esos lugares, a esos seres que, exiliados por voluntad propia -los menos-, por despiadada marginación -los más-, viven y recorren como alma en pena los ámbitos urbarios llenos, vientecidos de soledad, apandados en sí mismos, sumergidos en la negrísima nebulosidad de la vida que se cierne cada vez con mayor rapidez sobre ellos -sobre nosotros- y que paulatinamente desgasta, aniquila, atrofia, mata.
Dionicio Morales